Mañanita de lluvia… tarde de torrijas.

¿Conocíais este refrán? Hoy es Viernes Santo, y en DomusVi Tres Cantos no hemos dejado que el mal tiempo ni los días de confinamiento nos arrebaten la Semana Santa que tanto nos gusta. Nuestras cocineras han preparado con mucha ilusión, a fuego lento, unas riquísimas torrijas que nos han impregnado el paladar de dulzura, de miel, de recuerdos compartidos en familia, de momentos en buena compañía de otras Semanas Santas. Si nos damos cuenta, para hacer torrijas necesitamos solamente siete ingredientes: pan, leche, limón, canela, azúcar, aceite de oliva y huevos. Y todo eso, bien mezclado, cocinado, preparado, da un resultado exquisito que hace que en una mañana de lluvias, se entrevean sonrisas, miradas brillantes, rayitos de sol. Esta Semana Santa diferente, rara, gris, llena de soledad y de cruz… donde parece imposible pensar en la Resurrección… nos está demostrando que las cosas pequeñas son las que hacen rebosar el corazón. Si nos damos cuenta, para hacer feliz a los residentes solamente necesitamos siete ingredientes (como para las torrijas): una mirada de ternura, una sonrisa transparente a la mascarilla, unos brazos que al asear abracen, unos oídos atentos a su experiencia, unas piernas que les bailen una saeta, unas palabras de buenos días, e ir a su encuentro sin reloj, sin tiempo, para poder recopilar estos recuerdos que estamos creando estos días a cámara lenta. Y todo eso, bien mezclado, cocinado, preparado, da un resultado delicioso que hace que en mañanas en las que el cielo llora, salten chispas en las miradas y sonrisas de nuestros residentes. Muchas gracias cocineras, por llenarnos la barriga y el corazón de un sabor dulce, exquisito, agradable, placentero, suave, acaramelado con estas torrijas. Y muchas gracias a todos los compañeros que están caminando y sufriendo el Vía Crucis con nuestros mayores y sus familiares. ¡Venceremos!