Día internacional de la Costurera
Publicado el 15 de octubre de 2020
Cada 14 de octubre se celebra la labor de todos/as los/as diseñadores de moda, modistas, costureras por su arduo trabajo y creaciones diarias. La costura es realmente un oficio muy antiguo que se fue desarrollando con el paso del tiempo y que tradicionalmente venían desempeñando las mujeres. Ya para 1675, Luis XIV había establecido un gremio de costureras en París, debido a que existía una gran demanda de artesanos especializados en este oficio. Durante siglos, el hombre había sido el protagonista visible en los oficios de la costura. Los sastres habían monopolizado los gremios manteniendo la exclusividad en el prestigio y el control de la producción. Pero a partir del siglo XVIII las mujeres van mujeres van ganando terreno en varias de las actividades relacionadas con el vestir. La Revolución Industrial afectó a la actividad artesanal, pero no es hasta la segunda mitad del siglo XIX que la industrialización se aplicó a la ropa, con el avance de la industria textil se abarató y diversificó la oferta de tejidos, lo cual propició un aumento de las confecciones, por entonces aún manuales. La maquina de coser revolucionó las costumbres en cuanto a la realización. En los primeros años de esta década, la manera de proveerse ropa era, en las clases menos favorecidas, a través de la costura en el hogar: coser era una habilidad que toda mujer debería dominar desde su más temprana edad. Esta labor podía ser compartida con las sirvientas, en las casas que podían permitírselo, y con las costureras externas o pequeñas tiendas que podían pagarlo. Seguramente toda esta historia os suene, ya que es el oficio que han desempeñado nuestras madres y abuelas a lo largo de la historia y con las que han sacado adelante a numerosas familias. Para celebrar este día, os quiero compartir la historia de nuestra residente Caridad Menéndez: [...] Las batallas que Caridad Menéndez, viuda desde los 26 años y dos hijos, libró no fueron elegidas. La necesidad obliga, afirma. Cuando su esposo, propietario de un taller de radios, falleció, ella dejó atrás una vida de comodidades. Agotó los ahorros familiares en cuidar de su marido y en una operación que fue en vano. Caridad había sido una niña de Cabañaquinta educada con las monjas, no tuvo mucha opción. Con un pequeño préstamo de unos amigos montó una mercería en La Argañosa. Allí empezó a confeccionar camisones de franela, gustaron y se animó a salir a venderlos por toda Asturias. Cuenta que un hombre, viéndola arrastrar aquel enorme equipaje, le recomendó repartirlo en dos bultos; desconocía que por aquel entonces la mujer no tenía dinero ni para comprar una segunda maleta. Y así fue como Caridad se convirtió en una de las primeras agentes comerciales que rastrearon villas y aldeas con su mercancía. Sentada en mitad de su pequeño taller, donde hasta hace unos años daba clases a cinco mujeres inmigrantes de manera totalmente gratuita, muestra con orgullo su carnet de colegiada, con fecha de 1969 y su carnet de conducir. El negocio fue a más y abrió una empresa de confección, compró pisos para sus hijos y algunos locales. Lo que tiene, dice, lo hizo de la nada. Hay que romperse más la cabeza: es la recomendación que hace a los jóvenes emprendedores de hoy en día[...]. Fuente: https://www.lne.es/oviedo/2017/01/11/maestra-solidaria-costura-92-anos/2039813.html ¡¡Eres todo un ejemplo para nosotros!!
