Wendy, terapeuta ocupacional DomusVi Arturo Soria

SILENCIO

Eso es lo que cada día intento romper con mi trabajo, el silencio que muchas personas mayores han experimentado durante este periodo de confinamiento.

Llegar a romper ese silencio, para crear momentos de sonrisas, de historias, de compartir miedos, deseos y recuerdos… Porque siempre hay cabida para todo.

Quizás por suerte, destino o solo por azar llegué a la residencia DomusVi Arturo Soria, unos pocos días antes de empezar la famosa cuarentena. Yo era la nueva, pero me bastaron pocos días para querer a cada uno de los residentes y para saber que lo poco o mucho que pudiera hacer lo agradecerían de todo corazón.

Cada mañana, a pesar de solo tener dos manos y dos pies, tengo la oportunidad de entrar en cada habitación, en cada rincón, gracias a la pequeña radio que hemos creado, donde podemos disfrutar de esas canciones que tan buenos recuerdos traen, esas canciones que suenan a mensaje de ánimo y esas otras canciones que suenan a grito de esperanza, que no queremos que nadie pierda.

INCREÍBLE

Es increíble que con algo tan sencillo, puedas hacer feliz a tantas personas.

Ha sido una experiencia que nunca pensé tener, llegué al centro con muchas ideas y ganas de hacer cambios y ofrecer un servicio de Terapia Ocupacional desde un enfoque diferente… y quizás no ha sido como me lo había imaginado pero sé que más que nunca mi trabajo ha llegado a cada residente, cuando escuchas “ ¡ya estás aquí!” o cuando estás visitando a un residente y el de la habitación de al lado se asoma porque ha escuchado tu voz.

Intento pensar en positivo, a mi llegada había nervios por aprender nombres y caras y sus historias, quizás lo aprendería poco a poco y algún nombre confundiría, pero “gracias» a todo esto que ha ocurrido, he podido conocerles de uno en uno y no solo su nombre, sino que he podido entrar en su mundo más personal, su hogar.

Muchos no recuerdan bien mi nombre (lo que tiene tener un nombre curioso), pero sí reconocen mi voz y la sonrisa que traigo en los ojos, esa sonrisa que no quiero que pierdan de sus labios.

Son las 19.30hs. y empiezo a hacer un resumen de mi día…y a veces al volver a casa pienso si ¿podría haber hecho más?… que mañana no olvide aquello que me pidió aquel residente…o cuando llega el fin de semana, ¿qué estarán haciendo?, ojalá no se les haga duro y sobre todo que el lunes no falte nadie.

…Empieza otra semana, pilas recargadas, ¡hay que resistir!

Wendy
DomusVi Arturo Soria (Madrid)