Rocío, directora DomusVi Valdemoro
Cada día me despierto pensando que se trata de un mal sueño, cojo el coche y me dispongo a llegar a mi destino, como cada mañana desde hace algo más de un año, a mi casa, DomusVi Valdemoro, y lo que me encuentro a mi llegada es un tedioso protocolo de desinfección, y me doy cuenta de que no es un sueño, es la triste y dura realidad que nos ha tocado vivir…
Pero, ¿sabéis una cosa? ¡Qué suerte la mía vivirlo junto a este equipo maravilloso! Este equipo que no se rinde por nada, que lucha diariamente por cuidar y sacar sonrisas a quienes más nos necesitan, este equipo que demuestra que no sólo está para celebrar un carnaval o una de las múltiples fiestas (de las que somos expertos en organizar), este equipo que lo que hace se escapa de lo profesional y que demuestra día a día, las personas tan maravillosas que son.
No tendré suficiente vida para agradecéroslo, a vosotros, mi equipo de siempre, y a todos aquellos que decidisteis formar parte de esta gran familia en tiempos de pandemia y os habéis hecho un hueco especial en el corazón de todos.
No quiero olvidarme de los compañeros del Centro de Día DomusVi José Luis Sampedro, a los que echaremos muchísimo de menos.
¡GRACIAS a todos vosotros!
Gracias por vuestras sonrisas sin verlas,
Gracias por vuestras miradas cómplices,
Gracias por hacer lo que mejor sabéis, cuidar de ELLOS, de esas personas que tanto nos dan cada día, NUESTROS RESIDENTES.
No vamos a mentir. Esto no es ni ha sido un camino de rosas…hemos llorado mucho, hemos dado la mano hasta el final, hemos cantado canciones favoritas, y sobre todo hemos dado cariño, cariño a esos residentes que son nuestra familia, que nos dan lecciones de vida, que se han adaptado a las circunstancias sin preguntar, que a veces no entienden por qué tienen que estar entre esas cuatro paredes, por qué esos nuevos disfraces que nos hemos visto obligados a llevar, pero que siempre se muestran agradecidos por una sonrisa, con un “Buenos días, ¿Cómo has dormido hoy?”…
Esos residentes que han convertido los pasillos en las calles de un pueblecito donde todos se conocen, donde ríen, bailan, se relajan, y hasta a algún que otro bingo han jugado…
Esos residentes que echan muchísimo de menos a sus familiares cada día y han aprendido a verles a través de una pantalla.
¡GRACIAS POR DARNOS TANTO!
Y por supuesto, a los familiares, GRACIAS por vuestra comprensión, vuestro apoyo, vuestros mensajes de ánimo, por vuestra confianza, gracias por dejarnos disfrutar de las personas que más queréis.
Pronto volveremos a reír, pronto volveremos a abrazarnos…
Como veréis, prefiero no poner una foto mía, si no de una pequeña parte del equipo.
Un abrazo.