Mar, psicóloga DomusVi Arturo Soria

«Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba. Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía. Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban. Algunos rezaban. Algunos bailaban.

Algunos hallaron sus sombras. Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
Y la gente sanó. Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón, la Tierra comenzó a sanar.

Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados».

Poema de Kitty O’Meara

Desde el primer momento que lo leí me llegó al corazón, porque para mí es como un canto a la esperanza, la que nunca hay que perder… A esa esperanza que nos advierte de que todo esto pasará y volveremos a empezar de nuevo, y volveremos a ver salir el sol….aunque ya no seremos los mismos, volveremos con alguna cicatriz nueva en el corazón, pero también aprenderemos a tomar conciencia de lo poco que valoramos a veces las pequeñas cosas, como poder decidir libremente dar un paseo, ir a tomar un café, o hacer ejercicio en el parque….o un abrazo….

Toda esta situación me ha hecho plantearme últimamente el poder de un abrazo para reconfortar el alma. Nunca pensé que lo echaría tanto de menos y que aprendería a valorarlo tanto…

Como bien reza el dicho, “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Por eso me gustaría hacer un llamamiento a lo positivo que nos ha enseñado esta horrorosa lección que nos ha dado la vida; y es a valorar las pequeñas cosas que tantas veces hemos dado por supuestas, que incluso las hemos pasado por alto o no les hemos dado importancia, como el valor del cariño en todas sus formas.

Con eso me quedo.

Y con la ilusión de que cada día que pasa, supone un día menos para volver a abrazar y volver a SENTIR.

Y me siento muy afortunada de poder mirar a ese nuevo día que llegará de mano de un equipo de profesionales tan “humano” como el nuestro.

Gracias.

Mar
DomusVi Arturo Soria (Madrid)