Elena, fisioterapeuta DomusVi Fontibre

Hoy más que nunca…

Me pongo a escribir con el lema #héroessincapa y hoy más que nunca no me siento una heroína. Desde que empezó toda esta crisis, hemos ido viviendo situaciones extraordinarias, nos ha tocado vivir situaciones que nadie se imaginó.

Pero está siendo duro…

Todos los días me levanto y lo primero que pienso es que tengo miedo. Pero tengo que seguir adelante, bloqueo ese miedo, me tomo la temperatura, desayuno y sigo con mi rutina. Me levanto antes que nunca, ya que las horas en la cama se me hacen eternas, a mí que siempre me ha gustado quedarme en la cama “un ratito más” después de que suene el despertador y que llevo semanas sin oír su sonido porque a las cinco de la mañana parezco un búho.

Cuando me voy de casa, dejo preparado el kit de vuelta lo más cerca de la puerta, la lejía, los guantes y la mascarilla. Vuelves al centro con la angustia de que alguno de nuestros residentes haya empeorado, de que tengan fiebre o de que tengamos peores noticias que esas.

Héroes son las pobres familias que nunca podrán despedirse de sus seres queridos cogiéndoles la mano, héroes son los abuelos que se han ido viendo sólo a unas personas a las que apenas pueden reconocer tras las batas, las mascarillas y las pantallas. Héroes y heroínas son los residentes que llevan un mes dentro de sus habitaciones esperando a que todo esto pase.

Por supuesto que trabajas por encima de tus posibilidades y que estás dando todo lo posible de ti misma, poniendo tu mejor sonrisa aunque la mascarilla no permita lucirla, pero creo firmemente en que tu mirada y el tono de voz lo trasmiten.

Todos te preguntan cuándo volverán a hacer rehabilitación, y yo que discutía con ellos cuando no les apetecía venir al gimnasio, que faltar a la rehabilitación me parecía un sacrilegio, tengo que guardar mis lágrimas y explicarles que ahora lo importante es seguir a salvo.

Y no todo te afecta igual, hay días en que te permites derrumbarte y llorar porque son momentos muy duros: va pesando la gente que no volverá y no verá cómo vencimos al virus, te pesan los trabajadores que están enfermando, y te pesa que cuando llegas a casa y tu hijo viene corriendo a recibirte, des un salto atrás y le grites para que no te toque con esa ropa por si el “virus malo” ha venido contigo….

Pero lo vamos normalizando: mi hijo ya se ha acostumbrado a no venir a recibirme, duermo en otra habitación que mi marido y mi hijo, vivo con una mascarilla en casa, y cuando necesitas un abrazo y tu marido se acerca a dártelo, luego te sientes mal por si le has podido pegar algo.

Esa sensación la tienes igual en el trabajo, cuando un residente te expresa algo y le acaricias la mejilla, te encuentras la semana siguiente angustiada por si tendrá algún síntoma. ¡Yo, que quienes me conocen saben que no soy de mucho contacto físico!

Esta crisis nos está haciendo diferentes, pero todo volverá, y nos acariciaremos, nos besaremos, volveremos a renegar con los pacientes que no quieran asistir a rehabilitación, con las familias que demanden más sesiones de las que tú eres capaz de aportar, volveremos a estar juntos, sanos y fuertes. Porque PODEMOS CON TODO ESTO Y MÁS.

Gracias a todos, al equipo de Fontibre, por la gestión de esta crisis y por su implicación diaria. Gracias a las familias y los residentes por la confianza y por las muestras de cariño constantes. Gracias a nuestras familias y amigos por apoyarnos. Hoy más que nunca: Paciencia y fuerza, estamos más cerca.

Elena
DomusVi Fontibre (Zaragoza)