Cristina, terapeuta DomusVi Can Carbonell

Es tiempo de reflexionar…

En estas semanas de duro trabajo, de superación, de nostalgia, de incertidumbre, de cansancio, de flaqueza, tenemos que pararnos a reflexionar. Es necesario hacerlo, en medio de nuestro ajetreado día; parar un momento en medio de la rutina diaria y mirar a nuestro alrededor, observar lo que tenemos.

Estas últimas semanas hemos cambiado nuestro quehacer diario por completo, ahora intentamos estirar mucho más cada minuto y llegar a todos y cada uno de ellos, y casi no tenemos tiempo o no somos conscientes de pararnos, de respirar, y de poder sentir y disfrutar lo que verdaderamente importa.

Hoy, sentada en mi día libre, reparo en que realmente es momento de valorar esas pequeñas grandes cosas que siempre se dan por sentado porque siempre están ahí. Ahora damos mucho más valor a tener cerca a nuestros seres queridos, a nuestra familia y amigos, a poder tener esa libertad en nuestra vida, pero ¿qué pasa en el trabajo?

Me gusta mi trabajo, creo en lo que hago, trabajo cada día por las personas mayores, pero nada sería posible sin ellos. Es momento de dar las gracias a todo el gran equipo humano que forma la residencia Can Carbonell, a todos y cada uno de ellos, ya que esto no saldría adelante sin su trabajo incansable, sin su responsabilidad, sin su compromiso.

Gracias a mis compañeros puedo afrontar cada día una nueva jornada de trabajo con fuerza, son los que me dan ánimo día a día.

Estos días también hay que poner en valor el gran apoyo recibido por las familias, que a pesar de no poder abrazar a los suyos nos transmiten esa sensación de que todo saldrá bien. Sus palabras de aliento diarias, el cariño transmitido desde la distancia, no hay palabras de agradecimiento para ellos.

Por último, me detengo en ellos, la fuerza de mi día a día, el motivo de mi labor diaria, las grandes personas que viven en el centro, ya que para mí, el sostén emocional que me aportan a diario está siendo fundamental.

Cada mañana cuando acudimos a realizar las terapias “adaptadas a tiempos de confinamiento” se desviven por nosotras, por animarnos, se preocupan por cómo nos sentimos, nos preguntan por nuestra familia, nos sonríen, a pesar de que también tienen miedos, están preocupados por toda esta situación tan nueva para ellos, pero aun así nos dan aliento, nos hacen sentir fundamentales, nos dan cariño, por que como muchos de ellos dicen “somos como su familia”.

Ellos son los verdaderos héroes y heroínas de esta epidemia, están siendo un ejemplo para nosotros, proyectándose hacia el futuro y adaptándose a la nueva situación, sin duda la resiliencia es su palabra.

Es tan emocionante ver el compañerismo entre ellos, cómo unos se preocupan de los otros, cómo se cuidan entre sí, cómo a pesar de estar confinados siguen manteniendo la ilusión por alegrarle el día a sus compañeros.

A diario veo muestras de ello, como regalarle algún dulce que sus familias les traen a sus compañeros para alegrarles el día, aprovechar el ratito de paseo terapéutico para pasar por la puerta de compañeros para ver cçomo están, ofrecer a diario su ayuda en lo que se necesite, etc.

Nos sobran los motivos para dar lo mejor de nosotros, juntos saldremos de esta.

Cristina
DomusVi Can Carbonell (Baleares)