¡Hola a todos!
Este mes vengo a hablaros de una patología quizás poco conocida entre la población, pero que puede dar bastantes problemas a nuestros mayores: el neuroma de Morton.
El neuroma de Morton, también denominado neuroma interdigital o neuroma plantar, es una degeneración del nervio interdigital plantar sumado a una fibrosis (proliferación de tejido conectivo) a su alrededor, normalmente localizada entre los metatarsianos 3º y 4º (aunque también puede aparecer entre 2º y 3º).
Tiene una incidencia de aparición de entre 6 a 18 veces mayor en mujeres que en hombres, y puede aparecer a cualquier edad, aunque la edad es una factor de riesgo para su aparición.
El origen del neuroma de Morton es la irritación por compresión del nervio interdigital entre las cabezas metatarsianas. Dicha irritación puede producirse por una sobrecarga mecánica en dicha zona, siendo la forma de pisar uno de los agentes causales más importantes. El origen no está solo en el pie, ya que por ejemplo el hecho de tener la musculatura de la parte posterior de la pierna acortada (gemelos, sóleo, etc.) favorece el aumento de carga soportada en la zona metatarsal del pie y por tanto favorecerá la aparición del Neuroma.
También el uso de zapatos de punta estrecha y tacón pueden favorecer su aparición ya que favorece por un lado la mayor dorsiflexión de los dedos y por otro lado la compresión de la zona metatarsal. Por último, una pronación del pie muy brusca al caminar también puede tener un efecto directo en la generación del Neuroma de Morton.
El paciente se queja de un dolor mecánico, similar a una descarga eléctrica que aumenta por la tarde o de un dolor acentuado después de mantenerse de pie durante un tiempo. El dolor puede ser más o menos intenso según el calzado utilizado, empeorando con el uso de puntas estrechas.
El dolor afecta a la parte delantera del pie correspondiente a los dedos en contacto con el neuroma. Raras veces se presenta durante la noche. Las actividades que favorezcan la dorsiflexión de los dedos, como puede ser subir escaleras o andar rápido, favorecen la aparición de dolor, lo que nos indica que la sobrecarga mecánica tiene una incidencia directa en el neuroma.
Dentro de la Fisioterapia, el tratamiento va a ser conservador de primeras. Se realizarán movilizaciones de las articulaciones implicadas, para flexibilizar la zona y así disminuir la rigidez, lo que llevará a una disminución progresiva de la irritación sobre el tejido nervioso.
Así mismo, también se trabajará directamente sobre los ejercicios que provocan dolor, realizando una adaptación de la carga que puede tolerar el pié, para ir progresando poco a poco según la tolerancia del paciente.
Otra opción, junto a lo anteriormente propuesto, que podemos plantear es el uso de electroterapia (tipo TENS) o técnicas invasivas (como la neuromodulación) para actuar directamente sobre el nervio y la respuesta dolorosa.
Otros métodos conservadores son el uso de medicamentos o las infiltraciones. Si el tratamiento conservador fracasa, nos tendríamos que decantar por la opción quirúrgica para resolver el problema.
Agustín
Fisioterapeuta