La disminución del sentido del olfato de una persona a lo largo del tiempo no sólo puede predecir la pérdida de la función cognitiva. Su rápido declive -una pérdida del olfato repentina- puede ser predictora de cambios estructurales en regiones del cerebro que son importantes para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y la demencia en general.
La memoria desempeña un papel fundamental en la capacidad humana para reconocer olores y la comunidad científica conoce desde hace tiempo la relación entre el sentido del olfato y la demencia.
Según la investigación liderada por la Universidad de Medicina de Chicago, si se pudiera identificar a las personas de 40, 50 y 60 años que corren mayor riesgo desde el principio, se podría tener suficiente información para inscribirlas en ensayos clínicos y desarrollar mejores medicamentos.
Si quieres saber más sobre este estudio, te dejamos este enlace para que lo consultes: https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20220801/nuevo-sintoma-anuncia-sufrir-alzheimer-proximos-anos/691181134_0.html